Las imágenes coloniales de la Consagrada Virgen de Nuestra Señora de los Dolores del templo del Calvario y Jesús Nazareno de la Humildad de San Cristóbal El Bajo, La Antigua Guatemala, están expuestas con mensajes bíblicos en bellos altares de velación.
El presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno del Silencio de El Calvario, José Samuel Galindo Matías, explicó que el mensaje de velación está relacionado con un sueño de Sor María Agreda, que fue una revelación que tuvo sobre las dos habitaciones en las que vivía San José, esposo de la Virgen María.
En una habitación estaba el taller de carpintería, una fogata y unas palomas, en tanto que en la otra, aparece la imagen de la dolorosa, en una cama, el cuerpo inerte de San José y Jesús, su hijo adoptivo.
“Se trata de la muerte de San José de la que no hablan los evangelios, sino relatos de la antigua iglesia”.
José Samuel Galindo, hermandad de jesús nazareno del silencio
El cronista Enrique Berdúo comentó que la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de los Dolores también es conocida como la Reina del Pensativo. Fue tallada a mediados del siglo XVII y según un documento encontrado en su interior, luego de su restauración, se constató que su autor fue un hermano terciario franciscano, Juan de San Buenaventura Medina, hacia 1687.
Aseguró que esta es una imagen que no es procesionada y que es el centro del altar mayor del templo. Recordó que solo salió en procesión el domingo 8 de febrero de 1976, después del terremoto que causó más de 25,000 víctimas el 4 de febrero del mismo año.
La Flagelación
El secretario de Relaciones Públicas de la Hermandad de Jesús de la Humildad de San Cristóbal El Bajo, Williams Hernández, explicó que el fundamento de ese altar de velación está en el Evangelio de San Marcos, capítulo 15, cuando Poncio Pilatos ordenó azotar a Jesús dentro de un juicio para matarlo.
“El altar muestra la técnica antigüeña de cómo ha ido evolucionando nuestra velación”.
williams hernández, hermandad de jesús de la humildad
La imagen data de la mitad del siglo XVIII y no se conoce a su autor pero por sus características es una talla en madera de tipo tradicional y que representa también los rasgos faciales de los pobladores que habitaron San Cristóbal El Bajo, comentó el cronista.
