Para llegar a Magdalena Milpas Altas desde La Antigua Guatemala basta un viaje de 20 minutos en carro. Frente a la Municipalidad, el parque recién remodelado luce rejas de hierro forjado, torres con faroles, jardines frondosos y aceras limpias dominadas por un quiosco, una fuente y una imagen de la Virgen.
Más arriba, las calles empinadas, son una señal de las pendientes que se deben superar para llegar a la joya turística que tiene este municipio de Sacatepéquez.
Mirador
Es el Parque Ecológico Corazón del Agua o Ruk’ux Ya’, en kaqchikel. Su núcleo en la cima a 2,440 MSNM es un mirador que en el 2016 fue visitado por 6,700 excursionistas, según estadísticas de la Municipalidad local, donde hay que registrarse antes de la partida.
La visita a esta cumbre requiere de un recorrido en carro hasta las afueras del pueblo, donde el camino se vuelve de tierra y angosto. A partir de ahí, empieza una caminata de una hora sin parar y a paso medio.
Caminata
El guía, esta vez el agente de la Policía Municipal magdaneca, Misrael Rosales, marca el ritmo de la marcha y los rótulos dirigen el rumbo.
“Subo unas 15 o 20 veces al mes”, afirma al explicar que la comuna presta el servicio de acompañamiento cada vez que es requerido, como el año pasado que acompañó a 175 aviadores extranjeros que estuvieron en el parque durante dos noches como parte de un entrenamiento.
En la parte baja, el camino bordea plantaciones de arvejas, lechugas y rábanos, entre otras legumbres, así como árboles frutales y jardines elaborados por los guardianes con plantas ornamentales extraídas de viveros que han creado en el bosque.
De pronto, la pendiente se vuelve empinada, el camino angosto y el bosque espeso con ciprés, pino, naranjillo, zapotillo, encino, laurel, palo blanco, carrete e ilama, entre otras especies.
Fue inaugurado en 2005. La mayoría de visitantes lleva carpas. Cuentan con vigilancia y asistencia las 24 horas del día.
El agente Rosales muestra uno de los nacimientos de agua que tiene el cerro. Está protegido por una caja de cemento con tapadera metálica y desde ahí parte la tubería que abastece al municipio. Los demás, están en estado natural bosque adentro.
Tras al menos dos tramos de declives pronunciados, que vuelven lento el paso y agitan la respiración, una cerca y un letrero curvo anuncian el final del camino: “Bienvenidos al parque ecológico”.
El núcleo de este santuario natural, inaugurado en 2005 por el alcalde Juan Martínez, abarca cerca de 2.5 manzanas de terreno en la cima de la montaña. Tiene cuatro ranchos, parrillas, un área de refugio para grupos, mesas y juegos infantiles.
Fauna
Hay coyotes, tejones, tigrillos, ardillas y jabalíes, así como tecolotes, quetzalillos, codornices y otras especies de mamíferos, aves y reptiles.
Pero el atractivo mayor llega al subir a cualquiera de los tres miradores de bambú situados en la cara oriente de la montaña. La respiración se entrecorta con una sensación parecida al vértigo cuando aparece, allá abajo, en una postal de casi 180 grados, el Valle de la Virgen, Amatitlán, el volcán de Pacaya, el volcán de Agua y el cerro El Cucurucho. El epicentro del país está a nuestros pies.
El aire limpio y el viento fresco mecen las ramas, mientras los guardianes Isabel Acsac y Oscar Tunche relatan anécdotas de visitantes, como un español que escaló en bicicleta montañesa, una pareja de ancianos alemanes que subió sin traumas y un guatemalteco que ha estado en la cumbre al menos 125 veces.
Tras la amena charla con Isabel y Oscar, quienes recuerdan la creencia popular de que el dueño de la montaña es una culebra enorme a la que han oído en noches de gran silencio mientras deambula por el parque, termina la visita y empieza el descenso que cierra la excursión al Corazón del Agua o Ruk’u’x Ya’.
