Marcela Gereda | Política y sociedad / LA NATURALEZA QUE SOMOS
Al estar ubicada en la franja tropical del planeta, Antigua Guatemala es privilegiada por su ubicación respecto del ecuador: luz tenue, corredores geológicos donde se mueve el vaho oceánico, la geografía del polen, la mansión del pájaro serpiente, un lugar de ensueño entre volcanes y rodeada de valles y montañas, de bosques tropicales y una gran biodiversidad.
La ciudad de Antigua surgida sobre un telar de contradicciones y carencias, interceptada por cielos profundos es muchas Antiguas en una sola. Rodeada de una belleza natural mágica, que encanta y atrapa a miles de viajeros y lugareños, es también un espacio de cambio y construcción perpetua, definido y marcado por la explosión demográfica y el enorme aumento de turismo masivo que hace peligrar a la ciudad. Un turismo que debe ser regulado, ordenado y direccionado.
Para que una ciudad pueda conservar su patrimonio cultural y natural es imprescindible regular el turismo, es decir, hacerlo sostenible (minimizar el impacto sobre el ambiente y sobre la vida de la ciudad).
Primero, una ciudad se hace peatonal no para mejorar el comercio, sino para mejorar la calidad de vida de los vecinos y de la ciudad en general.
Segundo, las ciudades peatonales son lugares con gran potencial de crecimiento económico.
Tercero, diversos estudios científicos han mostrado que los centros peatonales mejoran la salud de los vecinos y generan un mejor sentimiento de comunidad.
Cuarto, se está diciendo que «se cierra la Antigua», esto no es cierto, Antigua está más abierta que nunca, se abre al peatón, al ser humano.
Quinto, el trabajo del Ayuntamiento no es solamente fomentar el comercio, se debe inclinar más hacia mejorar la calidad de vida de los antigüeños y ordenar el turismo para que el mismo no impacte de manera negativa en la ciudad y el entorno. Para ello, todos tenemos que ceder.
Sexto, al peatonalizar Antigua se genera el ambiente propicio para que la gente de las comunidades del valle de Panchoy pueda manifestar las expresiones culturales tradicionales. «La cuaresma se vive como un ritual comunitario que ha trascendido todo tipo de calamidades», dice el escritor antigueño Luis Aceituno.
Séptimo, el turismo sostenible hace a la ciudad más sana y agradable para todos, conservarla. La protege.
Octavo, en cualquier ciudad patrimonial, poder caminar tranquilamente en las calles, es un requisito.
Noveno, todo cambio debe ser «gana y gana». El proceso de peatonalizar debe ser un diálogo con los diversos sectores para encontrar las mejores formas de hacerlo. Para ello, la planificación del proceso debe ser muy eficaz, a manera que ningún sector salga perjudicado. Aunque hay sectores que se oponen a esta decisión, este paso tan importante para la ciudad Patrimonio de la Humanidad no debe dar marcha atrás, sino buscar formas de comunicar a los visitantes que Antigua está viva y abierta, que vengan, que se puede circular, más no estacionar en la vía pública.
Décimo, creo que es importante no invertir energías en que no se lleve a cabo este reglamento, sino buscar y construir las sinergias para invitar a los visitantes a disfrutar de una manera sostenible de experimentar la ciudad patrimonial.
Antigua peatonal es una forma de honrar, preservar y enaltecer nuestro patrimonio arquitectónico y cultural. El uso de automóviles privados se convirtió en un elemento que invadió las calles, las cuales son un bien público.
La ciudad es el hogar público. Mientras más gente camine, más viva y sana estará la ciudad empedrada, hija de los volcanes milenarios. Que la ciudad patrimonial no pertenezca a los carros que la contaminan y la vuelven caótica. Que Antigua sea de la gente que la conserva, respeta y resguarda, que vuelva a ser la ciudad tesoro belleza, leyenda, misterio y encanto.
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