Los fabricantes artesanales de tejas y ladrillos de barro de El Tejar, Chimaltenango, registran una baja en la producción y venta a causa de la pandemia del nuevo coronavirus. Sin embargo, para los próximos meses esperan una mejora en este sector, reconocido como patrimonio intangible de la nación.
Uno de los fabricantes, José Luis Morales, de la ladrillera San Luis, estimó una caída de al menos el 50 por ciento de la producción en el Tejar. El estado de emergencia por el covid-19 les obligó a reducir horarios y personal.
“Al inicio de la pandemia seguimos trabajando pero cuando vimos que ya no estábamos vendiendo, decidimos bajar la producción y despedir trabajadores”, comentó.
Además, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social les advirtió que solo podían trabajar hasta medio día.
Según sus cálculos, en las 55 ladrilleras del área hay unos 600 trabajadores, de los cuales cerca de 200 podrían aún estar activos. Por ejemplo, en su ladrillera había 8 trabajadores antes de la pandemia y ahora hay 4.
Recordó que antes de la pandemia producía 10,000 ladrillos a la semana y ahora, la mitad. Además, elaboraba unas 1,500 tejas semanales. Además, el 40 por ciento de sus clientes eran de Antigua Guatemala y el 60 por ciento del occidente y centro del país.
Antigua Guatemala detuvo la construcción y eso los afectó, aseguró, pero espera que esa situación cambie en los próximos meses.
“El alcalde ofreció ayuda a los ladrilleros, pero hasta ahora no ha cumplido”
José Luis Morales, fabricante
Desde la época colonial
Otro fabricante, José Manuel Maica, de la ladrillera San Antonio, recordó que El Tejar ha sido productor de ladrillos, tejas y otros productos similares desde la época colonial.
De este lugar se trasladaron estos productos para construir las ciudades de Santiago de Guatemala en los valles de Almolonga y Panchoy, hoy Ciudad Vieja y Antigua Guatemala, respectivamente, y la Nueva Guatemala de la Asunción.
“La materia prima es el barro que se produce en los cerros del municipio. Esa es la riqueza con la que contamos desde la colonia”, puntualizó.
Además, aseguró que la producción de ladrillo y tejas es una de las principales fuentes de trabajo en el municipio, por lo que preocupa la situación que viven sus similares.
Competencia
Maica admitió que la producción del ladrillo, teja y pisos ha bajado de forma considerable, pues existen sustitutos similares en el mercado, pero anula su proceso artesanal que es fuente de trabajo para cientos de personas.
Patrimonio Intangible de la Nación
Al respecto, el concejal y presidente de la Comisión de Educación y Cultura de la Municipalidad de El Tejar, Daniel Pablo Ortiz, explicó que esos productos fueron declarados Patrimonio Cultural Municipal en el 2010 y Patrimonio Intangible de la Nación en el 2019.
Aseveró que la producción ha disminuido en los últimos años, pues los fabricantes han tenido competencia con empresas dedicadas a la producción de esos productos, debido a que se han llevado la mano de obra y la experiencia de su elaboración con lo que han restado importancia al valor histórico y cultural que representa.
“Esas empresas hacen productos similares pero no es lo que nos representa”.
Daniel pablo ortiz, concejal de El tejar
El funcionario comentó que la Municipalidad está elaborando estrategias para continuar con la elaboración de esos productos, así como planes para su comercialización con el fin de fortalecer a los fabricantes. También esperan organizar de forma legal a los fabricantes.
