A los guatemaltecos nos gusta las historias de héroes y villanos. Tendemos a ser morbosos cuando vemos los líos políticos en los que se envuelven algunos personajes de la esfera política. Pero adentro de las instituciones que presiden esos personajes no hay avances para poder generar un mejor servicio a la ciudadanía. Esto nos induce a la incertidumbre del servicio que recibimos de estas instituciones.
Esta situación nos hace caminar a la deriva, pues nos hace creer que es por suerte que se tiene a un buen director o jefe al frente de alguna institución. Sin embargo, esta realidad no permite el desarrollo de un proceso que incluya etapas de trabajo bien planificadas y bien ejecutadas.
“Lo que en realidad hemos tenido es una secuencia de improvisaciones y su resultado es que la gran mayoría de los servicios públicos están en un estado ineficiente”.
carlos ruano
La ausencia de instituciones públicas sólidas genera muy poca confianza del servicio que brindan. Siempre existe el protagonismo o la mitificación del personaje que está a cargo de la institución.
Ejemplos
Trataré de poner algún ejemplo. La Superintendencia de Administración Tributaria, SAT, es la institución rectora de la recaudación fiscal. Sin embargo, mientras estuvo en la dirección Juan Francisco Solórzano Foppa, se dieron a conocer hechos de defraudación fiscal.
Estas denuncias lo llevaron al retiro del cargo y fue satanizado por los medios de comunicación afines al expresidente Jimmy Morales, como alguien reprochable. Hoy el director de la misma institución, Marco Livio Díaz Reyes, está en un anonimato mediático porque seguramente tendrá que guardar estos casos en el archivo del olvido, como es el deseo de las empresas evasoras.
Otro ejemplo que llama la atención son las actuaciones de la fiscal, Consuelo Porras, después de lo polémico que hicieron los medios de comunicación alrededor de la exfiscal Thelma Aldana.
Con el paso del tiempo se tiene un evidente retroceso en la institución de investigación del delito y en su parcialidad para actuar y llevar el evidente abuso de diferentes sectores. Es por ello que uno de los factores por los cuales no haya una justicia pronta y cumplida es el estancamiento de dicha institución.
No me aparto del liderazgo que puedan tener algunas personas y poder empujar a que las instituciones marchen de la mejor manera. Pero no logro concebir la idea que hoy se tengan a las instituciones paralizadas o en una evidente ineficiencia para que los mismos de siempre tengan cooptado el sistema público.
Y es aquí en donde hemos dejado que los cacicazgos prevalezcan y no hemos tenido un pensamiento más exigente en hacer funcionar las leyes y reglamentos para que las instituciones y puestos medios de mando puedan hacer más eficientes a las instituciones.
Actuar
Siempre hemos estado esperando un héroe que lo haga todo y nos deje un país totalmente funcional en un chasquido de dedos, pero eso jamás sucederá. Está comprobado que una golondrina no hace verano.
Considero que para hacer funcionar las instituciones, independientemente de quien esté a la cabeza, es exigir imparcialidad y no tolerar la mediocridad, así como crear mejores reglamentos internos y velar porque se cumplan.
Esto dará origen a que todos los procesos sean respetados, no importando quién esté a la cabeza de las instituciones, así como del ciudadano receptor del servicio público.
