Antigua Guatemala es Patrimonio Cultural de la Humanidad y la comuna antigüeña cuenta con la dicha de ser propietaria de más de cien fincas, situación poco común en la mayoría de municipios. Algunas de ellas son casas ubicadas en el área urbana de la ciudad, de las cuales los Antigüeños podríamos obtener beneficios de forma directa o indirecta.
Sobre estas propiedades el Concejo tiene la obligación de velar por el bien común y mejorar sus ingresos para invertir en los servicios públicos municipales. Existen también grandes extensiones de terrenos, las cuales ya cuentan con planificación y están en fase de desarrollo para instalaciones deportivas. El fin es propiciar espacios donde los jóvenes puedan desarrollar sus actividades físicas y deportivas.
Recuerdo que durante varias administraciones los ingresos por arrendamiento de estos bienes municipales no han sido de interés institucional. Debido a que los alcaldes han obviado las recomendaciones que el Concejo ha generado con el fin de crear métodos de valuación y determinación de rentas en beneficio de las arcas municipales.
Usufructos
Se han intentado usufructuar o concesionar fincas de gran extensión con el objetivo de pagar favores políticos. De mi parte siempre he sostenido la idea que ocho personas, que si bien representan al municipio, no pueden disponer de la entrega de un bien sin que medie una consulta a la población.
Por ello es importante que el Concejo gire las directrices de administración de los bienes municipales y proponga o retome las propuestas que quedaron documentadas en actas de las anteriores autoridades para establecer y cobrar rentas reales sobre los bienes que están en arrendamiento.
Además, de debe continuar con los procesos de recuperación de bienes a través de la vía judicial que están en los juzgados. También se debe evitar el traslado de posesión de bienes que puede administrar el municipio para beneficio de todos y no de un sector económico que solo genera pérdidas al erario municipal.
Un ejemplo claro se verificó con la Administración de Susana Asencio. El Concejo le instruyó en varias ocasiones la obligación de aumentar las rentas de los bienes municipales. Durante los cuatro años de su período fueron muy pocos los resultados alcanzados.
Bienes inmuebles
Existen bienes inmuebles como la sede del Club de Leones, Club Esfuerzo, Casa de la Cultura, Oficinas de Claro, así como el Cerro de la Cruz, Finca Florencia y locales en el Portal de Santa Lucía, además de las Ruinas de Santa Catarina y Estadio Pensativo. Por mencionar solo algunos. Sus inquilinos pagan menos de Q500 mensuales, a pesar que su ubicación, extensión y punto comercial ameritarían cifras mayores sin ningún problema.
Sin embargo, es sorprendente ver cómo se protege el bien particular y se descuida completamente las funciones que al Concejo le corresponden en el sentido de permitir que durante más de veinte años las mismas personas sigan beneficiándose con pago de renta irrisoria en el aprovechamiento de bienes que pertenecen a toda la población.
Favores políticos
Se han intentado usufructuar o concesionar fincas de gran extensión con el objetivo de pagar favores políticos. Siempre he sostenido la idea que ocho personas del Concejo, que si bien es cierto representan al municipio, no pueden disponer de la entrega de un bien sin que medie una consulta a la población.
Es importante que el Concejo gire las directrices de administración de los bienes municipales y proponga o retome las propuestas que quedaron documentadas en actas de las anteriores autoridades para establecer y cobrar rentas reales sobre los bienes que están en arrendamiento.
Se debe continuar con los procesos de recuperación de bienes a través de la vía judicial que están en los juzgados. También se debe evitar el traslado de posesión de bienes que puede administrar el municipio para beneficio de todos y no de un sector económico que solo genera pérdidas al erario municipal.