En su primera fase se restaura la fachada principal que consiste en su recuperación y estabilización, así como los aplanados originales. Otros trabajos van a consolidar las cuarteaduras de la fachada y consolidar los aplanados originales.
El templo del beaterio de Santa Rosa de Lima es una propiedad privada que pertenece a la familia Ramos Alavedra, desde hace más de 50 años, está ubicado en el norponiente de La Antigua Guatemala, en la prolongación de la alameda Santa Rosa.
La familia delegó estos trabajos de restauración a la arquitecta restauradora, Dunia Valenzuela Morales, con la licencia y acompañamiento del Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala (CNPAG).
Los trabajos de restauración implican un esfuerzo técnico y económico que respetarán los valores originales del monumento. Esto garantizará su conservación y permanencia en el futuro para que las nuevas generaciones puedan admirar este conjunto arquitectónico.
Dunia Valenzuela comentó que el proceso de la licencia de construcción inició en el 2015 y este año fue aprobado luego de las revisiones y sugerencias de los profesionales del CNPAG.
“Los trabajos de restauración se ejecutarán en tres meses y su costo es de Q1 millón con el aporte de la familia”
luis ramos alavedra
Historia
Este templo es uno de los más pequeños construidos en la ciudad de Santiago de Guatemala durante la época colonial. Es de una sola nave y cuenta con un campanario y un coro. Su sistema constructivo es de calicanto y ladrillo. Además, predomina una profusa ornamentación en estuco, lo que la convierte en uno de los templos coloniales más exquisitos de la ahora Antigua Guatemala.
Desde su construcción hasta su abandono solo se utilizó como un templo religioso. Luego de los terremotos de Santa Marta del 29 de julio de 1773 hasta ahora ha permanecido en su condición de ruina, deshabitada e inalterada. Solo los recurrentes sismos y el paso del tiempo han dejado plasmado sus huellas.
Santa Rosa de Lima fue elevada a los altares en 1670 convirtiéndose en la primera santa americana, nacida en ciudad de Lima, Perú. Por eso su reconstrucción en 1720 fue dedicada a la nueva santa dominica.
